FIESTA DEL 8 DE MARZO
¿Por qué una fiesta? Porque bailar, reír, abrazarnos y compartir un espacio de alegría también es una forma de resistencia. Es un acto de recuperación, de tomar para nosotras un derecho que nos ha sido arrebatado: el derecho al placer, a la felicidad, a la comunidad. En un mundo que nos fragmenta con la violencia de la precariedad, con las fronteras que nos dividen y con los genocidios que nos deshumanizan, celebrar juntas es un grito de vida. En estos momentos, nuestras risas y nuestros cuerpos en movimiento se convierten en una declaración: aunque intenten silenciarnos, seguimos resistiendo, seguimos amando y seguimos luchando.