Este mural se llevó a cabo colectivamente en un encuentro creativo no mixto con la participación de mujeres e identidades disidentes del barrio. Actualmente, todavía se puede ver en la calle Farigola.
En un contexto global, cargado de imágenes fugaces y efímeras, pero producidas desde un régimen visual hegemónico, se hace necesario generar espacios de creatividad que cuestionen los roles asignados por los medios de comunicación y los relatos institucionales. En las ciudades, habita una memoria visual extraordinaria relativa a las luchas sociales, a los movimientos de base y a los cuerpos e identidades disidentes, que son quienes les confieren su personalidad reivindicativa y revolucionara.
ULLAL quiere convertirse en un catalizador, en el escenario que es la ciudad de Barcelona, de esta energía disidente y generar un archivo visual que, desde el presente, continúe reflejándola. Queremos incidir, desde la práctica fotográfica, en la realidad de aquellas personas, colectivos y acontecimientos, a quienes a menudo se excluye tanto del campo de visión hegemónico como de la producción de imágenes.
El motor de ULLAL es doble: por un lado, la okupación del imaginario dominante y, por otro, poner el foco en las acciones colectivas y sociales que, a través de ejercicios cotidianos y organizados de resistencia, plantean y reclaman una alternativa de vida más sostenible y justa.